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martes, 13 de noviembre de 2012

nostalgia animal

A veces... solo a veces; me pregunto en que estarás pensando, si me extrañaras cuando no estoy, si me recuerdas con melancolía,  si te emocionas cuando me vez,  ¿ de verdad te agrado?
Si  sufres de insomnio, si  tienes pesadillas, si sueñas con pastelillos y nubes de crema... ¿sueñas?
Si te gustan los niños, si no los soportas, si no puedes esperar para  tener los tuyos, ¿alguna vez lo has pensado?
Si tu novia es buena, mala; si  alguna vez te ha golpeado o te ha hecho un regalo ¿ acaso es una perra?
Si te gustaran mis cuentos, si te aburrirás cuando te leo, si te gusta Nabokov o te agrada Hemingway ¿que opinas de la literatura?
Si creerás en el amor, en la hermandad, en la amistad; ¿alguna vez has querido realmente a alguien? ¿ me quieres tanto como yo a ti ?... o  ¿simplemente estoy loca por pensarlo?





domingo, 16 de septiembre de 2012

ideas inconclusas

Quizás deberías llevarme allí
debajo de la escalera roja y el balcón morado
a los salones vacios de papeles botados
dejar que el viento nos llene
de ideas inconclusas y de esperanza que cansa
pegarnos a la pared sucia y al frio en nuestra espalda
compartir una sonrisa un recuerdo la melancolía
de vivir la vida que vivimos
y sentir la ausencia de lo que no sentimos

martes, 26 de junio de 2012

segundo



Tristesa estúpida y absurda...
aquella que resalta esa partícula de debilidad cerebral que me atormenta.
Mi mente es una jungla de fluidos aberrantes que...
me convierten en seres que no quiero, que temo, que deseo.

Por eso busco el liquido y  el humo, esos que la adormecen...
aquellos que borran por un instante los recuerdos tormentosos de mi memoria infantilizada.
Me personifico con el cuero, el negro y el delineador...
y espero... que veas mas allá, que me quites el disfraz.
Tú solo sonríes;  hablas de Dios, la música, el arte y la vida y te escondes tras  tu propia creación.

Regreso al liquido y al humo, adormeciendome y volviéndome feliz por un segundo...
segundo en el cual me vez, sonríes, inspiras
segundo en el cual te veo, sonrió, exspiro.

jueves, 7 de junio de 2012

¡maldito polito azul!

 
Es como si este maldito polito azul me configurara dentro de una clase
noble, tonta y baja ha la que no pertenezco.
Como si me volviera un androide mecánico al que le toca sonreír y asentir.
Es el que me obliga a ser parte de eso, de esto, de aquello.
... Por el que me pongo las zapatillas cómodas y el jean gastado.
Maldito polito azul; por ti me despierto temprano, me acuesto temprano, me despido temprano.
Es debido a ti que mis minutos se hacen más cortos, mis saludos se hacen más cortos, mis besos se hacen más cortos, mi amor es más corto.
Es por ti que mi vida se va mas rápido, que mi tiempo se hace fugaz y mis segundos se hacen eternos. Todo gracias a ti… ¡maldito polito azul!

martes, 29 de mayo de 2012

Sal con una chica que no lee




Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.

Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.


                                                                                                                     Por Charles Warnke

miércoles, 23 de mayo de 2012

invierno



el cielogris, un frio helado, un cafe amargo y tu a mi laldo.
antes pensaba que lo mejor del invierno era la falta de sol,
la tranquilidad de la ropa gruesa y el calor en una taza.
ahora veo que nada tiene comparacion con unos brazos
que te abracen, sentir lo tibio de tu respiracion; alguien que
pase sus dedos por tu cabello; te vea a los ojos, sonria y  bese tu frente.

sábado, 24 de marzo de 2012

te amo

La miro y pienso en las miles de palabras hermosas que debería decir; palabras incomparables con su belleza inquebrantable.
Entonces callo. pues mi sonido no puede compararse con la melodía de su respiración.
Me ve y sonríe. Quizás adivinando los pensamientos vacilantes de mi mente atormentada.
La amo,  pienso olvidando su figura. La amo, susurro mientras una sonrisa se dibuja en mi rostro empalidecido.
Te amo. Exclamo y junto mis labios a los suyos olvidándome de cualquier partícula de duda que alguna vez cruzo mi mente.

domingo, 29 de enero de 2012

re-empezar la vida


Me siento una anciana. y es que no se en que momento pase de ser alguien libre a una victima de las responsabilidades.
Como si mi fecha de expiracion se acercara cada vez mas y tuviera que dejar alguna huella de que alguna vez existi, fui,ame, vivi.
todo se siente diferente,como si lentamente cayeran sobre mi las consecuencias de 20 años de errores y alegrias.
¿es que acaso deberia ya de ser una  persona  automana, resposable y aburrida? ¿seguir el plan trazado y dejar de lado los sueños de libertad y aquella felicidad escurridiza?
¡pues no! me rehuso a hacerlo,  quiero vivir, ser feliz, disfrutar de los años de juventud que me quedan sin pensar en las consecuencias venideras.
voy a Re- empezar la vida. salir, pasear, sonreir, mirar al cielo y soñar. me volvere una anarquista... dejare de pensar en ti  y el globo para enfocarme en mi y lo que quiero.
tomare el control de mi pelicula, la volvere de aventuras o comedia.
En fin ¡hare lo que quiera! simplemente sere joven y feliz.