Quizás deberías llevarme allí
debajo de la escalera roja y el balcón morado
a los salones vacios de papeles botados
dejar que el viento nos llene
de ideas inconclusas y de esperanza que cansa
pegarnos a la pared sucia y al frio en nuestra espalda
compartir una sonrisa un recuerdo la melancolía
de vivir la vida que vivimos
y sentir la ausencia de lo que no sentimos